Hay una chocolatería en París, en la isla de San Luis, muy pequeñita y adorable, la lleva una señora mayor que hace un espeso y espectacular chocolate a la taza y unas tartas que quitan el hipo. Siempre que tengo la suerte de ir a París voy allí en cuanto puedo. Las paredes están llenas de trastos antiguos, muñecas viejas y recuerdos de viajes pero sin duda el techo es lo mejor. De él cuelga un circo completo, realizado en papel de seda, con sus músicos, su carpa, sus trapecistas y todo un mundo de papel. Os lo cuento porque fue lo que me inspiro para hacer estas bailarinas mas o menos minimalistas.
Están realizadas con alambre y papel de seda encolado. Pesan muy poco y se pueden hacer unos móviles muy bonitos, con una o con varias.
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